La digoxina tiene una ventana terapéutica estrecha. Los niveles séricos terapéuticos se consideran entre 0,5 y 2,0 ng/mL. Este calculador le ayudará a determinar si un nivel de digoxina está dentro de este rango.
Ingrese un valor para ver si está dentro del rango terapéutico.
Más de 15 millones de pacientes en el mundo dependen de la digoxina para controlar su corazón. Sin embargo, muchos la confunden con una simple pastilla para la presión. En realidad, su forma de trabajar es una mezcla de química fina y regulación nerviosa que ha intrigado a cardiólogos durante más de dos siglos.
Digoxina es un glucósido cardíaco extraído de la planta Digitalis purpurea. Su principal uso clínico es aumentar la contractilidad del miocardio y regular la frecuencia ventricular en la fibrilación auricular. También se le conoce como digitalina. Fue introducida en la práctica médica a finales del siglo XIX y sigue siendo una de las opciones más económicas para la insuficiencia cardiaca.
El primer objetivo de la digoxina es la Na⁺/K⁺‑ATPasa de la membrana plasmática de las células cardíacas. Esta bomba mantiene bajos los niveles de sodio dentro del citoplasma y altos los de potasio fuera de él. Cuando la digoxina se une al sitio de unión inhibidor, la bomba se vuelve menos eficiente, lo que genera un aumento del Na⁺ intracelular.
El incremento de Na⁺ intracelular altera la acción del intercambiador Na⁺/Ca²⁺ (NCX). Normalmente este intercambiador expulsa un ion Ca²⁺ a cambio de tres iones Na⁺ que ingresan. Con más Na⁺ dentro de la célula, el NCX invierte su dirección: lleva Ca²⁺ al interior y saca Na⁺. El resultado es una acumulación de calcio dentro del retículo sarcoplásmico, que al liberarse durante la sístole aumenta la fuerza de contracción. Este fenómeno se conoce como inotropismo positivo.
Además del mecanismo directo en la bomba iónica, la digoxina actúa sobre los nervios vagos. Estimula los receptores colinérgicos en el nodo auriculoventricular, lo que reduce la velocidad de conducción eléctrica y prolonga el intervalo PR en el electrocardiograma. Este efecto es útil para controlar la frecuencia ventricular en la fibrilación auricular, evitando respuestas excesivamente rápidas que podrían empeorar la insuficiencia cardiaca.
La digoxina tiene una ventana terapéutica muy estrecha: los niveles séricos deseados oscilan entre 0,5 y 2,0 ng/mL. Por debajo de este rango, la respuesta inotrópica es limitada; por encima, aparecen signos de toxicidad. La vida media media es de 36‑48 horas en pacientes con función renal normal, pero puede prolongarse hasta 80 horas en insuficiencia renal crónica, lo que exige ajustes de dosis.
Los síntomas de sobredosis pueden aparecer rápidamente y son bastante característicos:
Factores que aumentan el riesgo incluyen hiperkalemia, hipomagnesemia, hipotiroidismo, edad avanzada y uso concurrente de inhibidores de la pompa de sodio (por ejemplo, amiodarona). El antídoto principal es el anticuerpo fragmentario digoxizumab, aunque en la práctica clínica se usan medidas de soporte y corrección de electrolitos.
La digoxina se metaboliza mínimamente por el hígado; su eliminación depende principalmente de la excreción renal y de la unión a la proteína P‑gp. Por eso, cualquier fármaco que inhiba la P‑gp incrementa sus niveles plasmáticos. Entre los más comunes están:
Asimismo, los diuréticos que provocan pérdida de potasio (como la furosemida) pueden predisponer a arritmias, pues la hipokalemia potencia el efecto de la digoxina sobre la Na⁺/K⁺‑ATPasa.
| Características | Digoxina | Dobutamina | Milrinona |
|---|---|---|---|
| Clase farmacológica | Glucósido cardíaco | Agonista β‑adrenérgico | Inhibidor de fosfodiesterasa‑3 |
| Principal mecanismo | Inhibición Na⁺/K⁺‑ATPasa → ↑ Ca²⁺ intracelular | Estimula β1 → ↑ cAMP → ↑ Ca²⁺ | Previene degradación de cAMP → ↑ Ca²⁺ |
| Uso clínico principal | Insuficiencia cardiaca crónica y FA | Insuficiencia aguda y shock cardiogénico | Insuficiencia cardiaca aguda, post‑cirugía |
| Vida media | 36‑48 h (renal) | 2‑3 min (metabolismo hepático) | 2‑3 h (renal) |
| Ventana terapéutica | Estrecha (0,5‑2,0 ng/mL) | Amplia, ajuste por presión arterial | Amplia, ajuste por función renal |
| Efecto vagal | Marcado (reduce frecuencia AV) | Leve o nulo | Leve o nulo |
Esta tabla muestra por qué la digoxina sigue siendo la opción de primera línea para pacientes que necesitan control de la frecuencia ventricular y un impulso inotrópico sostenido, mientras que la dobutamina y la milrinona se reservan para situaciones agudas donde la rapidez de acción es crítica.
Se utiliza principalmente en insuficiencia cardiaca crónica con fracción de eyección reducida y en fibrilación auricular para controlar la frecuencia ventricular, siempre que se pueda monitorizar la concentración sérica.
Los síntomas pueden manifestarse cuando los niveles superan 2,0 ng/mL, pero en pacientes ancianos o con insuficiencia renal la toxicidad puede aparecer incluso a 1,5 ng/mL.
Se recomienda medir electrolitos (especialmente potasio y magnesio), función renal (creatinina, eGFR) y, después de 5‑7 días, el nivel sérico de digoxina para confirmar que está dentro del rango terapéutico.
Se clasifica como categoría C; si bien atraviesa la placenta, su uso está reservado solo cuando los beneficios superan claramente los riesgos para la madre.
Primero, asegurar la vía aérea y la hemodinámica. Administrar carbón activado si la ingestión fue reciente, corregir hipocalemia/hipomagnesemia y, en casos graves, infundir anticuerpo fragmentario digoxizumab bajo supervisión especializada.
Conocer estos puntos permite prescribir la digoxina de forma segura y maximizar sus beneficios en pacientes con enfermedad cardiaca crónica.
Marco Recuay
octubre 23, 2025 AT 19:50La digoxina representa un orgullo de la medicina peruana, no como esos fármacos importados que solo buscan lucrir.
Giovanni Fonseca
octubre 30, 2025 AT 07:24Los protocolos oficiales omiten deliberadamente la discusión sobre la verdadera influencia de la industria farmacéutica en la recomendación de la digoxina. Existe evidencia de que los ensayos clínicos fueron diseñados para favorecer a compañías con intereses ocultos. Además, la regulación parece cerrar los ojos ante los efectos secundarios que se presentan fuera de los ensayos controlados. La comunidad médica debería demandar transparencia total en la publicación de datos. De lo contrario, seguimos alimentando una agenda que beneficia a pocos.
Raquel Benzor
noviembre 5, 2025 AT 18:57La digoxina es una bomba de tiempo que muchos médicos subestiman. Su ventana terapéutica estrecha convierte cada dosis en un acto de valentía. Ignorar la toxicidad es una negligencia flagrante. Los pacientes merecen más que una pastilla barata.