La drospirenona no aumenta el riesgo de cáncer más que otros anticonceptivos hormonales. Los estudios muestran que el riesgo es bajo y se debe al estrógeno, no a este progestágeno. Aquí lo que realmente importa.
El riesgo de cáncer, la probabilidad de que una persona desarrolle un tumor maligno en algún momento de su vida. También conocido como predisposición al cáncer, es algo que todos llevamos, pero que no es igual para todos. Algunas personas lo tienen más alto por genética, otras por hábitos diarios, y otras porque su cuerpo responde de forma distinta a ciertos medicamentos o condiciones médicas.
El cáncer de próstata, un tipo común de tumor en hombres mayores, que crece lentamente pero puede volverse agresivo. También conocido como cáncer de glándula prostática, no siempre se detecta a tiempo, pero hoy existen tratamientos como la abiraterona, un medicamento que bloquea las hormonas que alimentan el tumor. También conocido como inhibidor de la síntesis de andrógenos, que ha demostrado alargar la vida sin que el cáncer avance, especialmente en casos donde ya no responde a la castración.
El tratamiento, el conjunto de acciones médicas para controlar o eliminar una enfermedad. También conocido como terapia, no siempre es solo quimioterapia o cirugía. A veces, es ajustar una dosis, cambiar un medicamento o incluso aprender a usar mejor los que ya tomas. Por ejemplo, algunos fármacos que usas para otras cosas —como la metotrexato o el etoricoxib— pueden tener efectos secundarios que, con el tiempo, influyen en tu riesgo de cáncer. No es algo que pase siempre, pero sí es algo que debes saber si los tomas a largo plazo.
Lo que muchos no entienden es que el riesgo de cáncer no es un número fijo. Cambia con tu dieta, tu peso, tu nivel de actividad, lo que fumas, bebes o cómo manejas el estrés. Y también cambia si estás tomando medicamentos para la artritis, la diabetes, la presión alta o el corazón. Algunos, como la abiraterona, están diseñados específicamente para combatirlo. Otros, como el famciclovir o el carbocisteína, no lo causan, pero sí te ayudan a mantener tu cuerpo más fuerte mientras lo enfrentas.
Si estás preocupado por tu riesgo, no se trata de asustarte. Se trata de entender qué puedes controlar. ¿Tienes antecedentes familiares? ¿Tomas medicamentos de forma crónica? ¿Has tenido inflamaciones persistentes? Estas son las preguntas que realmente importan. Y en esta colección, encontrarás guías prácticas sobre cómo se manejan los medicamentos que pueden influir en ese riesgo, cómo se ajustan las dosis en personas con obesidad, cómo se desechan los fármacos sin riesgos, y qué alternativas existen cuando un tratamiento deja de funcionar.
La drospirenona no aumenta el riesgo de cáncer más que otros anticonceptivos hormonales. Los estudios muestran que el riesgo es bajo y se debe al estrógeno, no a este progestágeno. Aquí lo que realmente importa.